sábado, 1 de marzo de 2008

Los señoritos quieren tener derecho de pernada.


Esta mañana hubo una manifestación de cazadores por las calles de Madrid, estos señoritos no contentos con la cantidad de beneficios que les dan las administraciones, se echan a la calle para que les sigan dejando hacer lo que les salga de las narices.
La caza necesita una regulación y control acorde a los tiempos en que vivimos.Esta altera, cuando no impide, que se lleven a cabo actividades al aire libre con seguridad y tranquilidad. La caza condiciona el paso de las personas y aleja el contacto con las especies animales, limitando múltiples actividades que sí son ambientalmente responsables. A pesar de todo lo anterior y de manera incomprensible, un millón de cazadores, que supone menos del 4% de la población española, ha conseguido supeditar el derecho de una gran mayoría no cazadora a la práctica de una actividad controvertida y excluyente dónde las haya.
En la Constitución Española dice en su artículo 45 que todos tenemos el deber de conservar y el derecho de disfrutar del medio ambiente, sin embargo eso no es factible cuando en el terreno por el que paseamos está permitido cazar.
En España, la caza provoca cada año la muerte de unos 50 millones de animales, utilizando para ello más del 95% del territorio. Envenena el medio ambiente y, en particular, a la avifauna con el vertido de unas 6.000 toneladas de perdigones de plomo. Pone puertas al campo mediante la colocación de cancelas y el levantamiento de miles de kilómetros de vallados cinegéticos. Provoca la desaparición de la fauna silvestre autóctona mediante sueltas incontroladas y, sobre todo, a través del uso todavía muy extendido de venenos, lazos, y cepos para acabar con los depredadores. Da lugar al maltrato animal, no sólo de las víctimas de la caza, sino también de los perros que se emplean en rehalas y cacerías.
Por todo ello, por el respeto a los no cazadores y por combatir los impactos de la caza, se ha impulsado desde Ecologistas en Acción el Registro de personas NO CAZADORAS, para que se inscriban en él quienes han renunciado a la actividad cinegética y quienes reclaman el reconocimiento de los derechos de los no cazadores a disfrutar del medio ambiente y de la convivencia con los animales.

Este Registro de NO CAZADORES servirá de referencia y punto de encuentro para la defensa de los derechos de los no cazadores, y los que los que se inscriban hacen suya la siguiente declaración:

* Declaro públicamente mi condición de no cazador.
* Reclamo mi derecho a disfrutar de la naturaleza sin estar sujeto a la amenaza y el ruido de los disparos de los cazadores.
* Reclamo mi derecho a deambular libremente por los espacios y vías públicas sin estar sujeto a las restricciones y obstáculos a que da lugar la actividad cinegética.
* Declaro mi compromiso de disfrutar de la naturaleza responsablemente sin dañarla ni molestar ni perjudicar a terceras personas ni a sus bienes legítimo

1 comentario:

Anónimo dijo...
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