sábado, 6 de octubre de 2007

Lo imposible es posible.


Por lo menos en el mundo del rugby, ayer hubo dos partidos im-presionantes, más que por el juego, por un conjunto de emociones, desde el 31 de octubre del 99 (semifinal entre Francia y Nueva Zelanda) no había visto un partido como el de hoy, pero hoy no fue un partido, sino dos los que hemos podido disfrutar, como diría un creyente Dios bendice a los osados y tanto Inglaterra como Francia han sido osadas y recompensadas con sendas victorias, han jugado de la única manera que se le podía ganar ha dos selecciones como Australia y Nueva Zelanda.
Quien diría que íbamos a ver unas semifinal entre Inglaterra y Francia, pues me he vuelto a equivocar, la primera vez fue con la eliminación de Gales y el paso de Fiji, la verdad que me alegro un montón de haber visto como me equivocaba en mis predicciones.
Ahora a ver una final revancha del partido inaugural, espero no equivocarme esta vez.
Pero que nos quiten lo vailao, que hemos podido degustar una copa de buen champagne francés.


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