Mañana nos televisan desde el infierno, más en concreto desde el infierno del norte, de París a Compiègne, con sesenta kilómetros de pave en los que habrá de todo, esperemos que sea el año de un español, aunque la estadística no ayuda y mucho menos los tremendos especialistas que entrenan desde pequeños por estas carreteras y ruedan sobre el pave como nosotros rodamos sobre la tarima flotante, pero la esperanza es lo ultimo que se pierde y seguro que gane quien gane ( Ballan, Hoste, Boonen, Cancellara y compañia) sera un gran ciclista.
Ah mañana no trabajo por la tarde y lo veré en directo, yupiii!
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